dimarts, de maig 26, 2009

el día que murió Guernica

The day Guernica died (el día que murió Guernica)
Gordon Thomas, Max Morgan-Witts (trad: José Mª Martínez Monasterio) (1975/1976)


aquest llibre ens narra les hores compreses entre les 00 hores del diumenge 25 d'abril de 1937 i les 00 del dimarts 27 d'abril del mateix any. Al mig, la tràgica data del bombardeig de Gernika. els autors feren d'historiadors i documentació d'investigació i ens posen els fets en boca d'alguns supervivents així com d'implicats des del bàndol dels bombarders.

allò fou un acte inhumà, un atemptat de lesa humanitat perpetrat contra tota la població civil del planeta.

us deixo algun fragment:

En los campos de aviación de Burgos y Vitoria se hallaba dispuesta una fuerza aérea formada por cuarenta y tres bombarderos y cazas. Entre todos transportarían unos 50 000 kg de bombas explosivas, “shrapnel” e incendiarias, con objeto de, así se aseguraría más tarde, derribar un puente de piedra que medía 22,5m de longitud por 9m d anchura. Semejante gasto en explosivos se apartaba bastante de la conocida ortodoxia de Von Richthofen, porque, en efecto, estaba dispiesto a emplear 200kg de explosivos por cada metro cuadrado de puente que quería destruir. Y, por otra parte, estaba a punto de lanzar al aire la mayor fuerza aérea jamás reunida antes en España para llevar a cabo un ataque aéreo, todo ello para destruir un puente tan pequeño que se apoyaba solamente sobre dos delgados pilares. Ciertamente, el pueste estaba muy cerca de un importante cruce de carreteras. Pero el hecho de destruirlo no atraparía al enemigo que deseaban cercar las fuerzas nacionales de tierra. Un poco más arriba, el Mundaca era fácil de vadear. Aun cuando las fuerzas republicanas tuvieran que dejar atrás sus camiones y municiones podían vadear el río que, en algunos lugares, apenas mojaba los tobillos. Von Richthofen, por supuesto, quizás ignoraba esto o a lo mejor ni siquiera lo pensó. Pero, dado que lo que él trataba de hacer era destuir un puente, apra ello disponía de un arma mucho más adecuada que los pesados “Junker”. Cada uno de sus bombarderos en picado, los famosos “Stuka”, era capaz de cargar una sola bomba que pesara 500kg. Equipados con los más modernos aparatos de precisión en cuanto se relacionaba con la exactitud de tiro, capaces de “picar” sobre cualquier objetivo, cualquiera de los cuatro “Stuka” de que se disponía aquel día hubiese sido capaz de destruir el puente con un solo impacto. Incluso si este último tenía lugar cerca del puente, la bomba habría producido tal onda explosiva que, si no lo derribaba, indudablemente lo dejaría inutilizado para el tráfico. Segçun declaración del alférez Hans Asmus, Von Richthofen nunca pensó en emplear los “Stuka”. En su lugar eligió los pesados “Junker-52”, con sus anticuados aparatos y poca estabilidad en la descarga de bombas. El viento siempre ha sido la mayor dificultad que pueden sufrir los bombarderos; una súbita ráfaga de viento puede echar por tierra los cálculos más exactos. Sin embargo, tales vientos generalmente se dan por encima de los 1800m de techo de vuelo. Los bombarderos que iban a volar sobre Guernica no podían justificarse al menos en cuanto a sus pesadas bombas- diciendo: “El viento desvió del onbjetivo nuestras bombas.” Por otra parte, la calidad de la mezcla explosiva de las bombas no guardaba relación alguna con el ataque a un simple puente de piedra. Las bombas llamadas antipersonales poco podrían hacer para derribarlo, y muchísimo menos las incendiarias. Pero la metralla y el fuego de las bombas podían provocar un verdadero infierno en una ciudad que Von Richthofen sabía estaba a no más de trescientos metros de distancia del puente. La pregunta sigue en pie: ¿Acaso Von Richthofen, en verdad, trataba de que sus 50000kg de bombas cayeran solamente en el puente, o no le importaban si caían en una amplia zona y mataban a ciudadanos indefensos, mientras que las tropas en retirada se dispersaban?

*******

El día posterior al ataque aéreo, el mal tiempo impidió que despegaran los aviones de la Legión Cóndor, excepto una o dos escuadrillas que operaron cerca de Durango. Sin embargo, los aviadores no se aburrían porque sobraban los temas de conversación. Al caer Marquina se supo que las tropas nacionales presionaban hacia Guernica.
En Berlín, el ministro nazi de la guerra, mariscal de campo Von Blomberg, envió repetidos cables al alto mando de la Legión Cóndor deseando saber quiénes habían bombardeado Guernica. Según el sargento telegrafista Kurt Albrecht, se le ordenó desponder: “Alemanes no.”
Años más tarde, el jefe de escuadrilla Freiherr von Beust dijo que, aproximadamente por aquellos días, “se nos dijo súbitamente que debíamos silenciar todo detales sobre el ataque aéreo”.
Aquella noche, los nacionales informaron por Radio ampliamente, emitiendo una larga serie de curiosas negativas. En su emisión regular de todas las noches, a las diez en punto, el general Queipo de Llano dijo a los oyentes de España, Francia y a todo el mundo, que los “informes sobre el hecho de que Guernica ha sido bombardeada por nuestros aviadores son totalmente falsos”. Sugirió que los propios vascos habían destruido la ciudad con dinamita. Y también en aquella misma noche el Gabinete de Prensa Nacional, en Salamanca, repitió esta versión.
Y así nació la leyenda de que Guernica había sido incendiada por sus propios habitantes.
(...)
Los hombres de Franco penetraron en la villa tras haber cruzado el todavía intacto puente de Rentería.

1 comentari:

  1. Ei Natxo!

    escolta aquest llibre que tal?? jo es que tinc moltes ganes de llegir-ho però tothom em diu que es molt descriptiu...
    que n'opines? suposo que acabaré fent sense fer cas al que diuen i llegint-lo...

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