firenze

Moltes vegades a un els somnis semblen que li brollen com les aigües en el naixement d'un riu. Alguns semblen realitzables; altres semblen meres utopies; però, sempre, per tot, cal lluitar i tractar de fer-los vivibles i gaudibles.



Aquests somnis poden ésser visitar llocs, qui sap si Suïssa l'estiu vinent, o Istanbul amb el Far Barcelona?; sigui com sigui, els somnis poden viure's de més aprop si alguna persona estimada ens fa partíceps dels seus (per això m'agrada rebre les vostres postals quan viatgeu). Hi ha un territori que tinc moltes ganes de visitar, Itàlia, i el fet d'haver viscut durant tres mesos amb italians quan era a Bangor encara ho va fer més palès. Tinc present la recomanació de gaudir de dues setmanes a Umbria per poder visitar natura i art amb escapades a Firenze i Roma.



Avui us vull deixar una postal que vai' rebre fe molts anys i que m'encoratjava a visitar Firenze, així com unes ratlles -primer poema de Las Ilsuiones del Bosque (septiembre'98-marzo'99); podríem discutir molt de la seva inclusió allà, però això són figues d'un altre paner...-.

FIRENZE

Me detengo a contemplar
desde los bancos del atrio de
San Miniato
la ciudad que abandonó la adolescencia
en pleno solsticio
del hombre.
Hasta los cielos se elva,
para susurrarles,
la cúpula de
Santa Maria
contemplándolos desde su belleza,
como los ojos hermosos de
quien se sabe amada
se detienen a explorar las profundidades del enamorado.
Me imagino tu vista clavada en mí
en lo alto del sueño de Brunelleschi.
Desearía abrazarte
enmitad de un universo zarco
mientras los vientos
acarician sedosos tu piel.
Esos lentos movimientos
que durante
demasiadas noches en el entramado existencial
me han acompañado en la
soledad de la altura.
Envuelto en mis pensamientos,
no pude ser raudo
para comprender
que la belleza de esta cúpula
que dios hubiese deseado
idear para la creación
reside en la máxima delicadeza
en el dominio del
ornamento.
Y tu imagen me ahoga,
como más de una vez
el Arno ha
intentado hacer
con esta musa inmovilizada,
quién sabe por qué hechizo.
Tu figura desnuda...
Sin ornamentación
ni innecesarios adornos;
diría que la ciudad dobla su espalda
para mostrate pleitesía.
Te
imagino cruzando el Ponte Vecchio.
Las casas durante siglos
consolidadas
en sus lomos
tiemblan como la flor deshojada
en manos de un indeciso
enamorado
en una noche de vientos huracanados
apostado ante un
embravecido y asalvajado océano.
Los pasajes del corredor de Vasari
te
explican todos sus secretos
en una confesión
que sólo la más sincera
admiración
y el virginal enamoramiento
les obliga a hacer.
Desde una
habitación con vistas
contemplo a una ruborizada Venus
que corre veloz
a abrite la puerta de un paraíso
que ni tan siquiera Ghiberti
hubiera sido capaz de soñar
en sus noches más felices.
Y el síndrome
de Stendhal llega
cuando el Davida,
que Michelangelo jamás
habría
extradío a base de caricias y besos de la piedra
si te hubiera conocido,
se derrite al verte.
Si algún día reniego de tu amor
quemis carnes
iluminen la Piazza della Signora
como lo hizo Savonarola;
y depositen
allí
una imagen tuya
para que tu magnifcencia
ilumine por siempre
los universos...