la fada del castell

Las noches se han apoderado de las piedras que han sustentado este castillo contra los embites constantes del agua. Y como la cera que deja el poso de su recorrido, los suspiros han cincelado palabras en las grietas del tiempo abiertas en la piel de este nenúfar de historia. Al poner el pie sobre el pasadizo uno se siente como un ladrón, sintiendo que deshoja las flores de las doncellas y que nunca podrá haber perdón; al atravesar las puertas y penetrar en las entrañas uno se siente como un asesino, empieza a ser consciente de que el el crimen acecha en sus manos. Se debe cerrar los ojos y dejar que el antiguo sol caiga sobre el rostro con el peso de una confesión largo tiempo esperada. Descalzo, es necesario que la yerba que ha contemplado generaciones de mentiras y escondrijos de amor nos acepte en su seno. Y sientes como el aire, cargado pese a estar al descubierto, bendice la llegada del anochecer. Antes de que las estrellas te hagan creer que podrías capturar el arcoiris tratas de imaginar los cuentos que alrededor del fuego juglares en tránsito trovaron para damas que soñaban con alguien a quien confesarle entre las sedas "todo para vos conmigo". Deambulas; porque el seguir vivo es sólo un vagarear hacia el horizonte, buscando la mar en que sumergirse. Sabes que alguien observa desde las almenas, pero quién no ha observado en la noche? Hoy no puedes permitir que los fantasmas aniden en los torreones y desciendan hasta las mazmorras. Los aromas, parecen penetrasr todos en avalancha; pero en el fondo es sólo una joven bruja preparando una pócima para que el bebé duerma bien. Y eres capaz de imaginarte la noche. E incluso, si piensas en ella, el amanecer de los tiempos. Hay un pasillo; siempre hay un camino que hacer brillar por ti y por mí. Aunque a veces, la mayoría de ocasiones, el mayot valor es enfrentarse a la puerta. Y ha habido batallas, y niños corriendo por los campos; pero ahora uno sólo percibe, aparentemente, el clamor del silencio: el viento recorriendo cada recoveco y transportando los callados gritos del tiempo. Y en alguno de esos puntos cardinales debes estar escondida tú. Y a un paso lo sigue otro; porque siempre debe ser así. Y allí me vi, como encerrado en un espejo; la luz de la luna reflejada en el foso no traspasaba la saetera, no había un árbol en la lejanía al que soñar robarle los frutos, no había flores a las que arrancarle los colores, no había músicos en las salas contiguas, no había nada más que la soledad. La soledad y yo. Fue entonces cuando una luz iluminó el universo, como una explosión de vida. Era sólo un pequeño halo agazapado frente a la aspillera; era verde como las colinas que nos conducen a la libertad. Y pude entender que tenía los cabellos rojos; no sé cómo, pero en la pequeña distancia infinita que me separaba del hada lo supe. Y giró su rostro y me sonrió y sus ojos era liláceos y profundos como la mar océana; y comprendí que sus manos eran todo el eterno infinito universo que necesitaba... Y la noche se convertiría en pureza; y el pecado no exisitría como tal porque existiría el amor. Las ancianas piedras de escondida sabiduría dejaron de oprimirme el corazón y me permitieron danzar la canción de los tiempos...

Castell Biwmares
Cymru'07
Wales has more castles per square mile than any other country in the world.