Quan estem junts m'agrada més 'nar a dormir d'hora que no pas tard; prefereixo abraçar-nos i xerrar entre moxaines en la gairebé foscor, que romandre al sofà veient una pel·lícula sense interés; per rutina.
M'agraden els silencis, quan ens mirem, i 'nem cap al llit, i, ben arraulits, parlem i ens n'adormim...
Hi ha diverses menes d'enyor. Un enyor sense punxes, fer de certesa, que demana el tacte, una espatlla inequívoca on colgar l'esglai, la concavitat d'un cos on acoblar la concavitat del cos, a la nit, en el son. La balma de la mà per la mà, la mirada palapable i la tessitura d'una veu. El relleu suau d'un rostre sota els dits extasiats. Demana tot això, que li és sostret per un atzar qualsevol, però sap que li pertany, que ho posseeix, allà lluny, a dreta llei. És un enyor fet de confiança, d'aquella confiança que ve de la certesa. Hi ha un altre enyor trasbalsat, travessat de fantasmes, que la presència podria conjurar i que l'absència desferma i atia. Aquest és l'enyor que ens encara a una culpa atàvica de la qual l'amor ens havia concedit el perdó. Sense els senyals rituals d'aquest perdó que l'actualitzin, una i altra vegada, el dubte fa arrels i una tortura estranya reuneix botxí i víctima en una mateixa sang. El dolor és el preu d'un rescat il·lusori. Hi ha també l'enyor que no s'anomena enyor. L'enyor negat que no reconeix la separació. Que converteix l'altre en una imatge interior que acompanyava i nodreix, i es nodreix endins d'endins. Vius perquè vius en mi. Allà lluny, tu, l'èsser de carn, tens només una exitència fictícia, intrascendent. Hi ha l'enyor d'allò que va ser i ja no és, d'allò que la memòria ha seleccionat i afaiçonat del que va ser, i ja no és. Hi ha també aquest enyor, el més estèril: l'enyor del que hauria pogut ser i no fou. Del paradís perdut que mai no s'ha posseït. Aquest jardí sense prohibició i sense culpa que, potser, he vingut quimèricament a cercar a Mitilene. Tots aquests enyors se'm fonen en un del sol, ara, de cara al mar.
It little profits that an idle king, By this still hearth, among these barren crags, Match'd with an aged wife, I mete and dole Unequal laws unto a savage race, That hoard, and sleep, and feed, and know not me. I cannot rest from travel: I will drink Life to the lees: All times I have enjoy'd Greatly, have suffer'd greatly, both with those That loved me, and alone, on shore, and when Thro' scudding drifts the rainy Hyades Vext the dim sea: I am become a name; For always roaming with a hungry heart Much have I seen and known; cities of men And manners, climates, councils, governments, Myself not least, but honour'd of them all; And drunk delight of battle with my peers, Far on the ringing plains of windy Troy. I am a part of all that I have met; Yet all experience is an arch wherethro' Gleams that untravell'd world whose margin fades For ever and forever when I move. How dull it is to pause, to make an end, To rust unburnish'd, not to shine in use! As tho' to breathe were life! Life piled on life Were all too little, and of one to me Little remains: but every hour is saved From that eternal silence, something more, A bringer of new things; and vile it were For some three suns to store and hoard myself, And this gray spirit yearning in desire To follow knowledge like a sinking star, Beyond the utmost bound of human thought.
This is my son, mine own Telemachus, To whom I leave the sceptre and the isle, Well-loved of me, discerning to fulfil This labour, by slow prudence to make mild A rugged people, and thro' soft degrees Subdue them to the useful and the good. Most blameless is he, centred in the sphere Of common duties, decent not to fail In offices of tenderness, and pay Meet adoration to my household gods, When I am gone. He works his work, I mine.
There lies the port; the vessel puffs her sail: There gloom the dark, broad seas. My mariners, Souls that have toil'd, and wrought, and thought with me That ever with a frolic welcome took The thunder and the sunshine, and opposed Free hearts, free foreheads--you and I are old; Old age hath yet his honour and his toil; Death closes all: but something ere the end, Some work of noble note, may yet be done, Not unbecoming men that strove with Gods. The lights begin to twinkle from the rocks: The long day wanes: the slow moon climbs: the deep Moans round with many voices. Come, my friends, Is not too late to seek a newer world. Push off, and sitting well in order smite The sounding furrows; for my purpose holds To sail beyond the sunset, and the baths Of all the western stars, until I die. It may be that the gulfs will wash us down: It may be we shall touch the Happy Isles, And see the great Achilles, whom we knew. Tho' much is taken, much abides; and tho' We are not now that strength which in old days Moved earth and heaven, that which we are, we are; One equal temper of heroic hearts, Made weak by time and fate, but strong in will To strive, to seek, to find, and not to yield.
Ulises Alfred Tennyson (1809-1892)
De nada sirve que viva como un rey inútil junto a este hogar apagado, entre rocas estériles, el consorte de una anciana, inventando y decidiendo leyes arbitrarias para un pueblo bárbaro, que acumula, y duerme, y se alimenta, y no sabe quién soy. No encuentro descanso al no viajar; quiero beber la vida hasta las heces. Siempre he gozado mucho, he sufrido mucho, con quienes me amaban o en soledad; en la costa y cuando con veloces corrientes las constelaciones de la lluvia irritaban el mar oscuro. He llegado a ser famoso; pues siempre en camino, impulsado por un corazón hambriento, he visto y conocido mucho: las ciudades de los hombres y sus costumbres, climas, consejos y gobiernos, no siendo en ellas ignorado, sino siempre honrado en todas; y he bebido el placer del combate junto a mis iguales, allá lejos, en las resonantes llanuras de la lluviosa Troya. Formo parte de todo lo que he visto; y, sin embargo, toda experiencia es un arco a través del cual se vislumbra un mundo ignoto, cuyo horizonte huye una y otra vez cuando avanzo. ¡Qué fastidio es detenerse, terminar, oxidarse sin brillo, no resplandecer con el ejercicio! Como si respirar fuera la vida. Una vida sobre otra sería del todo insuficiente, y de la única que tengo me queda poco; pero cada hora me rescata del silencio eterno, añade algo, trae algo nuevo; y sería despreciable guardarme y cuidarme el tiempo de tres soles, y refrenar este espíritu ya viejo, pero que arde en el deseo de seguir aprendiendo, como se sigue a una estrella que cae, más allá del límite más extremo del pensamiento humano.
Éste es mi hijo, mi propio Telémaco, a quien dejo el cetro y esta isla. Lo quiero mucho; tiene el criterio para triunfar en esta labor, para civilizar con prudente paciencia a un pueblo rudo, y para llevarlos lentamente a que se sometan a lo que es útil y bueno. Es del todo impecable, dedicado completamente a los intereses comunes, y se puede confiar en que sea compasivo y cumpla los ritos con que se adora a los dioses tutelares cuando me haya ido. Él hace lo suyo, yo, lo mío.
Allí está el puerto; el barco extiende sus velas; allí llama el amplio y oscuro mar. Vosotros, mis marineros, almas que habéis trabajado y sufrido y pensado junto a mí, y que siempre tuvisteis una alegre bienvenida tanto para los truenos como para el día despejado, recibiéndolos con corazones libres e inteligencias libres, vosotros y yo hemos envejecido. La ancianidad tiene todavía su honra y su trabajo. La muerte lo acaba todo: pero algo antes del fin, alguna labor excelente y notable, todavía puede realizarse, no indigna de quienes compartieron el campo de batalla con los dioses. Las estrellas comienzan a brillar sobre las rocas: el largo día avanza hacia su fin; la lenta luna asciende; los hondos lamentos son ya de muchas voces. Venid, amigos míos. No es demasiado tarde para buscar un mundo nuevo. Zarpemos, y sentados en perfecto orden hiramos los resonantes survos, pues me propongo navegar más allá del poniente y el lugar en que se bañan todos los astros del occidente, hasta que muera. Es posible que las corrientes nos hundan y destruyan; es posible que demos con las Islas Venturosas, y veamos al gran Aquiles, a quien conocimos. A pesar de que mucho se ha perdido, queda mucho; y, a pesar de que no tenemos ahora el vigor que antaño movía la tierra y los cielos, lo que somos, somos: un espíritu ecuánime de corazones heroicos, debilitados por el tiempo y el destino, pero con una voluntad decidida a combatir, buscar, encontrar y no ceder.
Tu nombre me suena a paraíso olvidado; a montañas de azahar donde los amantes se besan lo ojos; a iridiscencias de los sueños de las noches de los adolescentes; a los abrazos de las madres a las criaturas que estar por venir; a los poemas que anhelamos declamar susurradamente a oídos de la persona amada; a la belleza del descubrimiento científico de la filosofía; a una caricia furtivamente deliciosa; a una lágrima de amistad por un abrazo en el momento más necesitado; a una obra de teatro por el valor de la vida; al consejo en la duda; a la panacea de los males del mundo; a los cuadros dibujados con el alma; a la verdad dicha sin tapujos ni temor; a las aguas que nutren la vida y la bañan amorosamente para poder disfrutarla; a las sabias historias de los ancianos que nos hacen reflexionar; a las montañas que nos enseñan que los cielos no están tan lejanos; a los jardines del edén merecido; a mi salvación entre tus brazos...
...pero por desgracia las apariencias engañan...
Natxo Barrau Salguero (escrit en algun moment entre 2001 i 2005) dins Los lados del espejo y la resurrección de la muerte a Onirismo (recull encara inacabat i per consegüentment inèdit).
en el meu aniversari la Raquel em regalà aquest llibre de la nostra estimada i admirada Gioconda Belli. Ella és part indispensable de la nostra relació; i una poetesa que tothom hauria de conèixer i gaudir. És genial!
doncs en aquestes vacancetes de relax que hem gaudit a Riells i Viabrea he pogut dedicar-me a llegir i gaudir amb els seus versos... La capacitat de Belli per seduir-nos és infinita: des del fet més quotidià i mundà fins la reflexió moral, filosòfica, política, etc més profunda que ens podem imaginar. I tot ho fa amb un llenguatge tant senzill que penetra en la teva ànima i et deixa ferit d'amor a la poesia de forma eterna. és sublimment genial.
Ha fet sempre una poesia eròtica, però també social i política; lligada a la femineitat... i és un art meravellós... com es diu:
"La voz de Gioconda Belli (Managua, 1948) es tan personal y original como revolucionaria, tanto en la forma de acercarse al cuerpo y la sensualidad femenina, como en la de abordar los temas más cercanos y particulares del individuo."
(un comentari del llibre per un escriptor també nicaragüenc aquí)
CALMA
Calma. Permití que tus manos encuentren sus reptiles ancestros para que se deslicen como serpientes por la profunda espesura de mi pelo.
La cúpula de mi templo es el ámbito que encierra la sacrosanta arca de la alianza. Mis orejas, los minaretes para los cánticos más húmedos de tu lengua.
Invertí el orden. De arriba abajo Hacé tu camino de ladrón descendiendo desde la bóveda colgado de la más larga de mis pestañas.
En el tobogán del cuello Deslízate como el sabio que busca inútilmente La cuadratura del círculo Y lanzado fuera de vos mismo Recorré el valle tenso Que cruza entre mis dos pechos.
En el cenote de mi ombligo Depositá un beso mercurial Que se enrede por los laberintos hondos Por los que se llega a la misma memoria Del vientre de mi madre.
De allí en adelante Dejate guiar por la locura Por la avaricia de tu paladar Por tu vocación de explorador En busca del Centro de la Tierra.
Sé el minero que a tientas Descubre las vetas de sal Que el mar olvidó en las cuevas femeninas Donde la vida tiene su refugio. Aferrate a la húmeda rosa de los vientos Más poderosa que los huracanes del Caribe O los maremotos del Pacífico.
Calmá tu sed y tus furias en mí En el fondo de musgo y algas Que gimiendo te devuelve A la breve, eterna, seguridad Del paraíso perdido.
OBJETOS DE ARTE
en el deshacerme del hacer cotidiano hoy las cenizas de un corazón conmovieron mi garganta:
Mi amiga Laurie -dueña de una galería de arte- Muestra sobre su pecho un medallón lleno de ceniza blanca una nube atrapada en el cristal
ESto era una persona, me dice Esto que ando colgado, contiene las cenizas de alguien que fue La exposición está llena de objetos como éstos Pequeñas nubes blancas Polvo -enamorado o no- al centro del diseño artístico
La sustancia me mira desde el cristal Así estaré yo algún día Ojo eterno para mirar lo que dejo lo que se queda lo que permanecerá después mucho después de que yo haya dejado de ser este ser material esta mujer que soy
Pienso en mi ser repartido en medallones entre mis amigos acompañándolos en su trajín hasta que partan a su vez y me dejen en la caja que alguien heredará
Medallón en el pecho de jóvenes mujeres que vivirán sus vidas sin pensar en la muerte donde yo estaré anclada Para siempre.
Avui rellegint i retrobant-me amb escrits i idees per lectures poètiques, he tornat a llegir aquest poema del gran mestre Miguel Hernández.
ELEGIA A RAMÓN SIJÉ . (En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.) . Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. . Alimentando lluvias, caracoles Y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas . daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento. . Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado. . No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida. . Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos. . .Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo. . No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada. . En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofe y hambrienta . Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. . Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte . Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de mis flores pajareará tu alma colmenera . de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores. . Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas. . Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado. . A las aladas almas de las rosas... de almendro de nata te requiero,: que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero. . (10 de enero de 1936)
Aquest últim Sant Jordi un dels llibres que em regalaren fou La gesta dels estels de Joan Salvat-Papasseit.
Em va fer molt ilusió perquè tot el que havia llegit d'ell eren poemes trobats però no en tenia cap de llibre, i ho volia.
Vaig trobar algun dels ja vells coneguts i admirats poemes; però vaig trobar-ne d'altres; i vai' poder apropar-me més a la seva figura gràcies al pròleg de Joaquim Molas. La veritat és que la seva poesia sempre m'ha ocasionat un sentiment ambigu: crec que mai seria capaç, ni tal vegada ho desitjaria, d'escriure sobre la realitat tan propera; però ell aconsegueix que coses que ens poden semblar banals esdevinguin poesia -no pel fet d'escriure-les en un poema, sinó perquè les transforma-. Fet aquest que a ens permet mirar la vida amb altres ulls.
SI JO FOS PESCADOR Si jo fos pescador pescaria l'aurora, si jo fos caçador atraparia el sol; si fos lladre d'amor m'obririen les portes, si fos bandit millor que vindria tot sol:
els carcellers del món no em sabrien mai l'ombra, si fos lladre i bandit no em sabrien el vol.
Si tingués un vaixell m'enduria les noies, si volien tornar deixarien llurs cors:
i en faria fanals per a prendre'n de nous.
LA CASA QUE VULL La casa que vull, que la mar la vegi i uns arbres amb fruit que me la festegin.
Que hi dugui un camí lluent de rosada, no molt lluny dels pins que la pluja amainen.
Per si em cal repòs que la lluna hi vingui; i quan surti el sol que el bon dia em digui.
Que al temps de l'estiu niui l'oreneta al blanc de calç ric del porxo amb abelles.
Oint la cançó del pagès que cava; amb la salabror de la marinada.
Que es guaiti ciutat des de la finestra, i es sentin els clams de guerra o de festa: per ser-hi tot prest si arriba una gesta.