divendres, de març 07, 2008

CAMBIOS -postcard to Bangor I-

Man's yesterday may ne'er be like his morrow;
Nought may endure but Mutability.

P.B.Shelley


El platonismo nos asguró que todo movimiento, todo cambio, es una imperfección respecto a las ideas estáticas a las que tratamos de asemejarnos. Sus concepciones, que tanto enamoraron al obispo de Hipona, fueron una fractura trágica -desde la aglutinación- de las teorías precedentes. Prefiero el lo apeiron anaximándrico, el ígeno oscurantismo heracliano o el nihilismo górgico. Prefiero pensar en el cambio como evolución; como el camino que nos acerque a la catarsis; aunque el tiempo no acabe siendo circular -parece que la Física quiere asegurarnos que sí-. Como persona creyente en la Ciencia no hay más azar ni necesidad que estar convencido de la mutación como evolución; la propia tendencia al káos -falsamente quebrada por la existencia de la vida- es un proceso dinámico. Así pues, me permito afirmar que el cambio es la esencia última de la que se nutre el ser.

Desde la antigüedad ya percibimos que la visión es nuestro sistema somatosensitivo más evolucionado; pero nuestra plasticidad más importante (complejo y peligroso concepto) no es fácilmente perceptible. Los cambios en esta amalgama bioquímica neurológica que denominamos "personalidad" (¿el alma?) son tan enigmáticos como las ergóticas visiones eleusinas.



Como afirmaba Hamlet, we know what we are but not what we may be. Y es absolutamente importante que permanezca, eternamente, la duda; pero que jamás olvidemos que el camino es y será una senda para cambiar. El síndrome de peterpan debiera hacer referencia a la única vez que imaginó qué podía ser el miedo; porque no quiso aceptar lo que significaba el cambio.
Mas el cambio parece haberse cobijado en la marmita de los más terribles males surgidos de las profundidades de la jarra que Zeus regaló a la sempiterna bella creación de Hefesto; la pandemia más grande jamás conocida es el pavor que (pre)supone cualuqier idea vinculada al concepto de cambio. No obstante, todas las derivaciones de Gea son obras cambiantes; hasta Pesinunte, con su magna mater hija, desde la fecundidad de Ishtar, pasando por Motia en ardiente adoración a Tanit e incluso por el invicto Mithra, siempre hemos observado las variaciones en la naturaleza, en nuestra madre y en las advocaciones de los desconocido. El cambio es el motor que ha guiado al Universo desde el grito donde nacían tiempo y espacio hasta la aparición de la pequeña muerte amatoria. Por todo ello, confío en la necesidad de cambio y desde el amor fati debemos luchar por seguir en la suya senda.



La imagen que retornan las aguas cuando, sin el asombro de nustros ancestros habitantes del Rift, nos miramos en ellas pueda parecer estática como una estatua en mitad de la plaza; mas en su oscuro interior los cambios proceden a existir como las olas moldean la fisionomía de paisaje. Puede resultar que el proceso sea tan matizado que nadie perciba como esas caricias del tiempo horadan nuestra visión de la realidad hasta que alguien, desde el áncora de la pretérita mirada halle el cambio estilístico en las danzas de nuestra expresión. Aunque suele ser muy provechosa la lenta maduración, como los buenos caldos o espirituosos; especialmente si se hace alejada de la cotidianidad, en la soledad de una nueva ambientación. Las nuevas estrellas hacen que uno apostate de los axiomas que eran su tripulación. Mas si no morimos en la mañana de la revolución, como le aconteció a George Gordon Byron, en el eterno retorno, como Lionheart, podemos ser presa del rechazo al Amanecer de Monet. Los caballeros de la Mesa Redonda buscaron y buscaron el Santo Grial; nustro Dragón no duerme el reposo del guerrero, sino camina la senda del alquimista buscador. Somos y seremos cambio, así que sólo nos queda dibujar nuestro camino; y esperemos cruzarnos con un Ovidio.



La sierpe muere cuando no puede mudar la piel. Igualmente, los espíritus a los que se les impide cambiar de opinión dejan de ser espíritus.
F.W.Nietzsche

phtographs: Bangor, Wales; september 2007

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